SE NOS JUBILA VICENTE
Se jubila Vicente Galindo y lo hace en olor
de multitudes. Los compañeros lo adoran y no es para menos. Vicente entra en la
historia del Colegio como el hombre capaz, afable, bondadoso y servicial que ha
acompañado y tutelado a varias generaciones de abogados, como si de un padre se
tratara.
Vicente, el alma del Colegio. Durante muchísimos
años atendiendo todos los cometidos y tareas en solitario, prácticamente sin
medios –la máquina de escribir puesta boca arriba porque no le cabía en la
mesa- y sacándolo todo adelante, él sabrá cómo.
Vicente, el hombre al que Larra no conoció,
porque si lo hubiese conocido, no habría escrito aquello de “vuelva usted
mañana”. Jamás postergaba una gestión, ni posponía una
petición. “Espera que te lo llevas hecho”. El gestor resolutivo, el funcionario
que todo lo hacía sencillo, rápido y sobre la marcha. Habrá quien le iguale en
eficacia pero no en disponibilidad ni en espíritu de servicio.
Vicente, quien sin duda alguna ha sido un
maestro para sus compañeros de la plantilla del Colegio. Inma, Marta, Elena,
Pedro… ahora quedan en cierto modo huérfanos, pero reciben como herencia el
reto de igualarle en hoja de servicios y prestigio personal.
Se nos va no sólo el Oficial Mayor –lo de
Mayor nunca mejor dicho, en todos los significados de la palabra-, sino el
amigo. Y se le va a echar mucho de menos.
Francisco Artero Montalván
Abogado